8.15.2011

Recuerdos


Recuerdo aquellos días en que levantarse  a las cinco de la mañana era rutinario. Recuerdo aquellos días en los que iba con mi grupo, en los que platicaba con mi amiga Rosario. Recuerdo cuando le confesé, por primera vez, mi idea de crear una historia propia. Ella dijo: adelante, hazla, tú puedes.

Luego llegó mi amiga Julie, que compartía mi amor hacia Edward, el cariño hacia Jacob, la desesperación hacia Bella. Le propuse escribir un fanfiction. Ella aceptó y comenzamos a idear nuestra historia: Bella Swan quedaría embarazada.  Incluso antes de que Eclipse saliera a la venta, nosotras habíamos adivinado más o menos el final. Recuerdo que ella se emocionaba, que ella se mordía el labio inferior pensando en “el nuevo capítulo”. Yo decía: “¿Y si sucede esto, si sucede el otro?”. Ella era Julia Cullen –una Vulturi encubierta con los Cullen- y yo, Anna Black –la hija de Jacob Black y Leah Clearwater-.  Niebla: Amores Confusos fue construida por allá de los principios del año 2008, sino me equivoco.

Recuerdo que al mismo tiempo, ambas salíamos mal en los exámenes de biología, recuerdo que nos tomábamos de las manos fuertemente, con los nudillos blancos, esperando el resultado. ¡Seis! ¡Siete! “¡Que emoción! ¡Que emoción! Lo pasamos”. El examen final de Química supuso para muchos un estado crítico de estrés, no para mi. Siempre me ha gustado la Química. Recuerdo que una tarde Julie vino a mi casa, le enseñé sobre química, le hablé más sobre Twilight, volvimos con la Química, otra vez Edward, Jacob… Era un cuento de nunca acabar.

 Recuerdo que al mismo tiempo, desde que había entrado a primero de preparatoria, me levantaba pensando en él, soñando con él, añorándolo… Recuerdo a “M” con su despreocupado caminar, en el año 2007, cuando todavía era una clase de Nerd. Recuerdo que en unos meses posteriores, después de la muerte de un ser querido, “M” se volvió distinto. No era le mismo chico, era un chico nuevo… Un chico que hablaba más, un chico que reía a todo pulmón, un chico que se paseaba por los pasillos con sus amigotes. Ya no era más mi adorable “M” pero seguía queriéndolo, seguía deseando tener un “crush” con el… pero jamás ocurrió.

 –Claro, a menos de  que cuenten el hecho de que me pegaran por hacer unas tesis –

Y siempre lo observaba, con lo mucho que me gustaba verlo caminar, con lo mucho que me encantaba ese pantalón  verde caqui que se le ajustaba perfectamente. Y esas playeras del uniforme, que se le pegaban a su cuerpo delgado. Me encantaba verlo paseándose de aquí para allá con sus amigotes, que también eran guapos. Y cómo olvidar su cicatriz, aquella cicatriz que lo hacía ver como “El Elegido”, mi Harry Potter personal. Recuerdo que me sentaba en aquella banquita con mis amigas, todas en un pequeño fragmento de concreto, solo para verlos pasar. Recuerdo incluso que una u otra vez vimos >paquetes< y que nos desbaratamos de risa.

“M” me encantaba, era la razón para ir a la escuela, sobre todo cuando tenía una profunda depresión por reprobar “Contabilidad I”.

–Sigo maldiciendo al Profesor C y los mil pesos que tuve que pagar por ambos extraordinarios, de ambos semestres–

Ah si, debido a esa depresión, comencé  a escribir mis primeros fanficitions. Yo solita.
Recuerdo entonces aquella tardeada del  catorce de Febrero del 2009. Me regalaron una víbora de peluche que yo, con mucho gusto, andaba sobre mis hombros. La pasamos muy bien ese día… Y en ese momento comencé a disfrutar. En esos momentos comencé a darme cuenta de que verdaderamente la preparatoria se iba a acabar. La disfruté demasiado y ahora esa es mi condena, simplemente tener recuerdos. Recuerdos que quiero devolver a la Realidad…

Recuerdo, recuerdo, recuerdo… Todo queda en un maldito recuerdo.

Y quisiera otra vez sentir lo mismo, despertarme  a las cinco de la mañana, desayunar a regañadientes, maquillarme un poquito, tomar el autobús, llegar  aun con el cielo todo oscuro y con las estrellas titilantes –en ese entonces ya tenía trauma con Yellow “Look at the stars, look how they shine for you”-. Verlo a él  llegar en su camioneta, bajar con esa onda de tan él,  esperar a que subiera las escaleras o  verlo pasar en el piso de abajo –cuando nos mudamos a la primera planta-. Quisiera tener todo aquello que una vez tuve…

Quisiera que esos “Recuerdo”, fuesen ahora.



1 comentario:

  1. Supongo que nosotros hacemos los recurdos, somos los recuerdos, cada uno es especial por ellos, cada uno es lo que es por ellos, y aunque aveces quisieramos volver, la verdad es que no podemos, y solo podemos recordarlos en los momentos tristes y reir por que todo lo pasado, hace nuestro presente.

    Mel Martínez
    XX

    ResponderEliminar

Escúpelo, que dentro te hace daño.