Su madre había despotricado en contra del gato y del conejo. No había alimento, eran animales sucios y jamás, jamás, jamás, serían buenas mascotas. La pequeña perrita que había tenido el año pasado también había sido el blanco de insinuaciones, reproches, comentarios, gritos, etc. Mejor no mencionar a los pericos y los cuyos. O "Tiburoncín, uh ja já", el pez. Simplemente, en esa casa no había espacio para las mascotas, pero Juanita insistía en traer y traer animalitos. ¿Por qué continuaba llevando mascotas si allí nadie, salvo ella, las querían? ¿Por qué continuaba rescatando a aquellas criaturitas? Bueno, no es que Juanita esperara que las aceptaran. Todo, en realidad, se debía a que esas pequeñas criaturas eran las únicas que jamás le recriminaban nada a la niña. Solo sus mascotas, consideradas amigas, la recibían con demostraciones del verdadero amor. Además, siempre escuchaban sin comentar nada, siempre entendían... Así que se sentía bien con ellas.
Y por eso, no podía dejar de traer mascotitas a su casa.
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Pd: Tuve que dejar a "Rayadita" con el veterinario :( Le harán una cirugía mañana por la mañana. |
Adorable (en inglés, aunque se escribe igual xD). Sé como se siente Juanita, yo pienso lo mismo de las animales, Por eso tengo más mascotas de las que mi abuela acepta xD(dos perros, dos gatos y una tortuga).
ResponderEliminarAww... Mi mejores deseos para Rayadita <3
Muak para las dos :)