En estos tiempos locos, los sentimientos son equivalentes a la debilidad. Si los muestras, eres blando. Y al parecer, muchos quieren rodearse de rocas en vez de humanos. Lo que es un misterio para mí, es cómo muchos fingimos que nada nos importa y al mismo tiempo, sabemos que los otros también sienten algo parecido y aún así, no hacemos nada para cambiarlo. Continuamos jugando un juego asqueroso, en el que pretendemos ser todo, menos humanos, seres sensibles, capaces de entender al otro.
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Escúpelo, que dentro te hace daño.