9.06.2014

El guardián emplumado

The Gate Keeper

Dicen que a medianoche, el guardián extiende sus brazos y sacude sus hombros. Las plumas empiezan a nacer, una tras otra, a una velocidad increíble; su cuerpo humano se consume y da paso a uno más pequeño, de apariencia frágil. Que no te engañe su tamaño ni su mirada perdida. El guardián emplumado observa atento, busca en la oscuridad, las almas perdidas de aquellos que no han encontrado el camino al más allá. Cuando las halla, alza el vuelo y viaja a través de mundos para conducirlas a donde pertenecen.
Durante los primeros rayos de sol, el guardián vuelve a su forma natural, la del hombre viejo y de cabello encanecido, la del hombre al que todos ignoran.
Pero el guardián está siempre observando. 


Fotografía de Alex Saberi

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