desperté pensando en ti; y,
sonreí al recordar tu rostro;
me incorporé de un salto, con entusiasmo;
y cuando una canción de amor sonó, volviste a mi mente;
cuando dijiste hola, mi corazón brincó;
y comencé a buscarte en los pasillos,
te busqué a todas horas;
cuando sonríes, me vuelvo loca;
y lo más sorprendete: hoy vuelvo a escribir;
vuelvo a escribir de enamoramiento y amor,
y creo que me gustas, me gustas mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escúpelo, que dentro te hace daño.