11.04.2010

Sobre MAGIA…

Cuando tenía siete años, más o menos, mi hermana me regaló mi primer libro: “El Principito”.

Intenté leerlo, pero no tuve éxito.
¡El elefante dentro de la boa no era posible! Solo era un sombrero y ya. Además, no existían arboles como los baobabs. Nada de lo que decía el libro era cierto.
Ya había tenido uno que otro cuento muchísimo tiempo atrás –aprendí a leer a los cinco años-, de los que me sabía de memoria sus líneas e ilustraciones… pero ningún libro.

Una vez más, “El principito”.

¿Un planeta tan pequeño? Ni siquiera tenía idea de que hubiese más planetas que el nuestro. No. No leería ese librito que me causaba mucho sueño.

No recuerdo si lo finalicé. Si lo hice, no me gustó. Porque lo que allí había no era REAL. No creía en la magia, carecía de imaginación y todo lo que no pudiese palpar, ver o sentir no era verdadero.

Leí muchos cuentos, de muy pocas páginas, debo recalcar. Olvidé los libros. Me hice fan de cada película animada que salió. Lloré con Titanic y me mordí el dedo al ver Scream, provocando que la sangre saliera a chorros (o eso me pareció con tan poca edad).

En el 2002 salió Harry Potter y la Cámara Secreta. Mis compañeros de clase estaban tan emocionados por ver una serpiente super gigante, blandir su varita mágica a Harry y una vez más, ser el héroe. Para mi, la magia no existía. Tam,poco las serpientes gigantes ni nada de esas chucherías que no me ayudaban en nada. Era demasiado seca…

En el 2003 fui a ver Harry Potter y el Prisionero de Azkaban, a regañadientes. La magia no existe, me dije. Me negaba a creerlo. No entendía porque los chavitos se emocionaban tanto… Ese mismo año, vi la primera parte de esa saga. Y por primera vez en mi vida, me enganché a un mundo mágico. Me gustaba Harry. Me gustaba el actor. Tenía 12 años y ya podía leer un libro de más de 200 páginas. ¡Y me encantaba!
A partir de ese momento, mi vida cambió…

Entendí, gracias a Harry, lo que significa la magia.

La magia es: amor, amistad, cariño. No solo se trata de tener una varita mágica, realizar hechizos o fabricar pociones. Tener magia significa ser parte de este mundo, hacer las cosas que te gustan hasta que te encanten. La magia lo es todo. La magia es la vida misma.

Siempre estaré en deuda con Harry. Me enseñó a creer.

4 comentarios:

  1. Yo siempre me la viví soñando, este mundo me aburría. Muchas veces quería salir volando y encontrar un mundo más divertido...para jugar, ser libre. Nunca dejé la idea de que este mundo pudiese tener algo más...

    magia, fantasía y cosas encantadas...Yo quería eso pero nunca llegaban. Así que un día me pusé a escribir todas esas "boberías" decia yo y descubrí que el mundo mismo era más divertido de lo que había pensado. Por eso escribo (: jajaja

    ResponderEliminar
  2. ¡Donde se te ocurra mirar hay magia! En cada lugar. Tienes razon, es la vida misma. Tenemos el milagro de ver, sentir, disfrutar, amar, reír, sentir, llorar... ¿cuanta magia más queremos?

    Muchas gracias por tu comentario. Se te agradece un montón.
    ¡Te sigo! :D

    ResponderEliminar
  3. Ohhh niña... muy cierto todo lo ke dices... I LIKE!!!... Y ya se espera el gran momento de ke ya salga la peli... Bueno te kuidas... Bes00s!!!

    ResponderEliminar
  4. Sobre el principito, yo lo he leído sin atención y me aburría, porque realmente no me paré a pensar bien lo que decia.. Pero una de mis mejores amigas le encanta el principito y me destaca de él textos como este:

    -Si alguien ama a una flor de la que no existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas. Se dice: <> Y si el cordero come la flor, para él es como si, bruscamente, todas las estrellas se apagaran. Y esto, ¿no es importante?>>

    Esto es entender simplemente que tienes la suerte de que vayas donde vayas siempre tienes a alguien que te va a querer, a apoyar y a pensar en ti :)

    Respecto a Harry Potter, me gustaba, pero no era mi favorito, aunque me he visto todas sus peliculas!

    Un beeeeeeeeeeeso!

    ResponderEliminar

Escúpelo, que dentro te hace daño.