9.26.2011

Tonterías, como siempre.

Justo ahora, mientras estoy frente a la pantalla del ordenador, escribiendo, que es lo que más me gusta hacer,  me siento estúpida, indispensableinnecesaria.

No pertenezco aquí, está más claro que el agua cristalina de un manantial.
 ¿Quién me necesitaría? ¿Quién extrañaría mis bromas?
 Ah, claro, yo jamás hago bromas.

Ya no puedo reir. Ya no quiero estar aquí.
Ya. Es suficiente.

 ¿Pero cómo hacerles entender a los demás? ¿Cómo decirle a mis padres: "Se que gastaste mucho dinero en mi, que te esforzaste por mandarme a la universidad. Lo agradezco, pero no quiero continuar"?

¿Así de sencillo?
 ¿Qué ganaría?
Peor, ¿qué perdería?

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Escúpelo, que dentro te hace daño.