10.13.2011

Los que nos aman, jamás nos dejan...

Querido Harry:
Debido a los actuales eventos, he comenzado a preguntarme una y otra vez cómo aguantaste todo lo que te sucedió. Harry, he visto a alguien morir, alguien especial, alguien a quien amaba y con quien hablé unos veinte minutos antes de que hubiese partido de este mundo terrenal. Dime, por favor, querido amigo, cómo aguantaste vivir todo aquello sin desfallecer prolongadamente. Yo  no sé qué hacer. Extraño a esa persona como  tú extrañaste a Sirius, la recuerdo todos los días y me digo a mi misma que regresará éste próximo fin de semana. Pero el sábado llega y el portón no se abre, él no entra y me saluda, él no viene.  
No puedo dejar de recordar el momento en que él se desvaneció en medio de aquella calle, no puedo quitar de mi mente aquellas imágenes tan vívidas de lo que sucedió esa mañana del 20 de septiembre. Recuerdo y recuerdo y vuelvo a vivirlo. Tengo una fotografía de él y la saludo mentalmente todos los días, pido a mis ángeles por él, le recuerdo con el más mínimo detalle. Los chocolates me lo recuerdan, la forma de andar de ciertos hombres le hacen a mi mente una mala pasada: lo veo, lo veo venir hacia mí, con el típico balancear de sus piernas arqueadas.

Y entonces recuerdo de nuevo que lo vi muerto ante mis ojos, que vi como muchos trataban de devolverlo a la vida. Recuerdo la histeria, el dolor y la agonía que viví. Recuerdo todo y me hundo de nuevo, sonriendo por mantener aun con vida el sonido de su voz, su rostro a la perfección en mi memoria. Sus cabellos entrecanos… Ahora, el cuerpo aparece frente a mí, tendido en un viejo catre, cubierto con una manta blanca. Si tomo la memoria, puedo sentir el contacto frío de la muerte cuando mis manos tocaron las suyas, cruzadas sobre su inquieto pecho. Puedo recordar la media sonrisa de su rostro, la relajación en sus facciones, como si estuviese tranquilo, esperanzado de que nos volveremos a encontrar. Recuerdo cuando muchos llegaron y lloraron ante él, lloraron ante su partida… Recuerdo el ataúd, el cristal que me impedía ya tocarle… Recuerdo todo, la forma en que me sentaba a su lado, los rostros adoloridos, el cansancio, el hecho de no poder creer lo que mis ojos veían…

Oh, Harry, sé que puedes comprenderme. Solo quiero saber cómo encontraste la fortaleza  para seguir viviendo, para jamás pensar: ¿porqué el murió y porqué yo vivo? ¿Recordabas a menudo los momentos con Sirius? Porque yo sí los recuerdo con él, recuerdo y recuerdo… Eso es lo único que me queda por hacer: recordar.
Dime, Harry, dime… Es lo único que te pido. 
X


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escúpelo, que dentro te hace daño.