Para una bella Flor

Cuando recién terminamos la escuela preparatoria, Flor nos  invitó a su boda. La mayoría de nosotros nos preguntábamos porqué una chica de diecisiete años querría casarse. No había embarazo de por medio. No había nada que la obligara a contraer matrimonio.

Recuerdo la invitación: sencilla, de papel albanene.

Recuerdo que no quise ir a la boda, porque no me gustan las bodas. Además, no tenía qué usar y no me sentía cómoda. 

No fui a la boda.

No volví a ver a Flor después de que salimos de la preparatorio. No supe nada de ella hasta esta noche.

Flor ya no está en éste mundo. 

Y yo solo tengo recuerdos: Flor exponiendo en el salón, Flor en casa con su madre, Flor platicando sobre su novio. Flor siendo Flor. 

Ella no está ya aquí. Y por eso vine a dedicarle unas palabras. 

Fue bueno conocerte, Flor. Fue bueno tomarnos ésa foto juntas.

Por los buenos recuerdos, cuando éramos más,
cuando las cosas eran más sencillas.