Lo
observó.
Su
cabello negro se movía por la suave ráfaga de viento.
Los
artículos también se movían. Colgantes de todos los tamaños, atrapasueños,
campanas de cristal, hilos con cuentas que formaban figuras, cosas de las que desconocía
el nombre.
Él
estaba envuelto en una chaqueta negra.
Ella
sonrió cuando él alzó una mano para tocar el entretejido de un atrapasueños, enredando los dedos entre sus hilos. La
chica avanzó hasta allí y se colocó frente a él, sonriéndole ampliamente. Era el tipo de chico que parecía interesante:
tranquilo, apasionado por los detalles, ratón de biblioteca.
La
chica también alzó la mano y pasó delicadamente las yemas de sus dedos sobre el
dorso de la mano del chico.
-¿Cómo
te llamas? ¿De dónde has venido?
Él
no contestó.
-Ya
lo sé, no soy la típica chica a la qué hablar. Años atrás, ningún chico se me
acercó. Ahora, tampoco. Pero ahora es menos doloroso, porque sé que nadie puede
verme. Antes dolía, porque pensaba que no era bonita. Ahora, bueno… ahora
simplemente soy invisible.
Él
sonrió.
-Me
gusta tu sonrisa –dijo como si le hablara al viento. Sonrió tristemente, cuando
el chico se giró un poco para observar un colgante de cuentas de traslúcido cristal.
Y
lloró, porque supo que jamás volvería a estar viva. Jamás tendría la oportunidad
de que una persona la viese. Se hundió entre sus lágrimas y se esfumó de aquel
lugar, tratando de olvidar el dolor.
Logan Lerman, para muchos. Inspiración, para mí. |
Ouch, pobre chica D: pero está precioso annie *-* me encanta lo que escribes, enserio :3
ResponderEliminarEstoy por llorar. Me encantó,lo amé y estoy muy triste por la chica.Hasta me dio frío(siempre que leo algo triste y que me gusta mucho me da frío). Amo tus escritos,besos;)
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