7.12.2012

Nuestra creación


Nuestra creación comienza con una simple línea: las estrellas estaban celosas de los ángeles.

Ambos pertenecían al cielo, pero las estrellas eran criaturas malvadas que habían sido condenadas a la inmovilidad en el manto celestial por los actos atroces de los que habían sido autoras en el pasado. En cambio, los ángeles siempre protegían a los humanos y preferían dar sus vidas al rescatar almas. Para ellos, la inferioridad no existía. Todos eran iguales. Todos merecían ser salvados, buenos o malos. Y eran ellos quienes debían mantener la paz en la Tierra.

Las estrellas, pegadas a sus lugares y llenas de coraje, rencor  y envidia, se unieron en secreto y realizaron un complejo encantamiento bidireccional para desterrar a los ángeles del cielo y lograr ser móviles de nuevo. Todo al mismo tiempo. Y lo hicieron.

Así fue como ellas pudieron moverse nuevamente, aunque no con la misma velocidad que en el pasado; ahora se sentían un poco más libres. Además, estaban orgullosas de poder decir que eran las absolutas dueñas del manto celestial. Su egoísmo era lo que las mantenía vivas y el dolor que pudo haber existido en sus núcleos ardientes se convirtió en placer. Placer puro y satisfactorio al ver a los ángeles desterrados.

Y así fue como en vez de agua, aquella tarde llovió una inmensa cantidad de plumas de diversos tamaños y colores: platas, oscuras, doradas, broncíneas, lilas y de muchos otros.  Los ángeles intentaron aceptar su nuevo destino: proteger a los humanos desde la Tierra. Mientras discutían para llegar a un acuerdo sobre la forma más viable para adaptarse a la vida terrestre, las plumas se les adhirieron sobre los hombros y se escondieron tras sus ropas. Los ángeles pronto se dieron cuenta de que no eran puros, que ahora había algo humano en ellos.

Con horror y dolor, muchos notaron que ya no existía paz entre ellos; comenzaron a discutir y se dividieron según el color de sus plumas, porque parecía que aquella similitud les ayudaba a alcanzar fácilmente un acuerdo.

La mayoría de los ángeles se mantuvieron leales al juramento que habían hecho para proteger a los humanos tanto como fuese posible. Algunos, prefirieron largarse y fingir que eran humanos para tomar una decisión mucho tiempo después; otros, se escondieron, deseando olvidar su pasado angelical; unos cuantos, cegados por la rabia de no reconocerse más como ángeles puros,  se volvieron criaturas tan malvadas como las estrellas y desgarraron las gargantas de los humanos.

Así fue como fuimos creados. 

Ángeles, de todo tipo. 

5 comentarios:

  1. Awwww que lindo :O me enantó annie ¨:3

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  2. Hola linda :)
    Me has dejado sin palabras =o Eso ha sido precioso, soy una amante de los hermosos ángeles, me encantan *-*
    Besoss

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  3. De tus mejores textos, me parece. Ay, ya ni se, me han encantado muchas cosas. Pero te has lucido esta vez.

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  4. Wow. Just Wow.
    Me fascinó, estuvo estupendo x3

    Besos :3

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  5. Es simplemente genial!

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Escúpelo, que dentro te hace daño.