9.20.2012

Pesadilla o milagro

Había estado despierta durante unos cuantos segundos antes de abrir los ojos con un rápido movimiento. La luz la cegó y un sentimiento indefinido la recorrió entera.

No sabía si estar despierta era una pesadilla o un milagro.

Era una pesadilla porque vivir la atormentaba. Vivir esa maldita vida la ponía enferma. La hacía desear la muerte.

Y era un milagro porque la noche anterior no había creído que sobreviviría hasta la mañana siguiente. Había pasado tan mala noche que incluso había despertado en la madrugada para sostener el frasco de pastillas, con el ángel de la muerte como su único compañero intentando conquistarla.

Así que se levantó de la cama, tomó sus cosas y se dirigió al cuarto de baño para comenzar el día.
Otro doloroso día.

Quizá esa noche el ángel de la muerte estuviese de buen humor y tomara su alma.

Quizá esa noche tuviese valor de tomar las pastillas.

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