Él era todo lo que no me gustaba:
muy alto, desgarbado,
con la misma mirada distraída de siempre,
como si lo que sucediera dentro de su cabeza
fuese más interesante que lo demás.
Y en efecto, cuando tuve la oportunidad,
descubrí que lo que había dentro de él,
era más importante que cualquier cosa.
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Escúpelo, que dentro te hace daño.