La mayoría de los científicos estima que el universo se formó hace 13.77 billones de años y la tierra hace 4.54 billones, mientras que los humanos solo han estado en la tierra por menos de 200, 000 años. Si pones esos números en perspectiva y extiendes tus brazos y tu existencia entera fuera representativa a la historia geológica de la tierra, y si después tomaras una lima de uñas y quitaras solo un pedacito del borde de tu uña, habrías borrado toda la historia humana.
Existe una frase de Carl Sagan sobre una foto de la tierra tomada desde la sonda espacial Voyager en su camino al espacio profundo que retoma lo dicho por Kohelet , el Maestro, en el libro antiguo llamado Eclesiastés. Esta es la frase: “Mira de nuevo a ese punto. Eso es aquí. Es nuestra casa. Eso somos nosotros. En ese punto están todos los que amas, todos los que conoces, todos de los que has escuchado hablar, cada ser humano que alguna vez existió, aquellos que vivieron sus vidas. La suma de nuestra alegría y sufrimiento, miles de religiones, ideologías, doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de la civilización, cada rey y campesino, cada pareja enamorada, cada madre y cada padre, niños llenos de esperanza, inventores y exploradores, cada maestro con ética, cada político corrupto, cada superestrella, cada líder supremo, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie vivió allí, en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol.”
Así que aquí estamos, en ese pálido punto azul. Pequeñas motas de polvo existiendo por un momento. Arrojados a través del espacio y el tiempo, tan solo para brillar por unos momentos. Estos momentos son todo lo que tenemos en esta vida. Trabajamos, reímos, lloramos, hacemos el amor, escribimos libros, construimos imperios, creamos guerras. A menudo tratamos de ignorar el hecho de que estos momentos son temporales. Que todos nuestros imperios y el producto nacional bruto, que nuestro arte y nuestra literatura, que nuestros pantalones de diseñador de trescientos dólares, que todo nuestro conocimiento y tecnología, creatividad y legado será borrado. Todo va a desaparecer en algún punto junto a todo lo demás.
Exhalación, efímera, insignificante. Todo y todos son una exhalación. Están aquí por unos momentos y después, se han ido. Este pensamiento alentador puede ser deprimente o puede ser absolutamente liberador. Podemos seguir el camino que siguen muchos de los que nos rodean e ignorar este hecho, medicándonos y privándonos de nuestros sentimientos para evitar la verdad de nuestra humanidad; o quizá hay otro camino: podemos aceptarla. Podemos reconocer nuestro humilde lugar en este universo. Podemos reconocer la estupidez de la arrogancia humana. Y quizá como resultado, podamos aprender a apreciar y experimentar plenamente los momentos que tenemos como los regalos que son.
Piensa en cuando eras joven. ¿Recuerdas haberte estresado y preocupado sobre cosas que se veían como importantes en el momento? ¿Ahora cómo te sientes sobre esas cosas? Los problemas que sentimos como la vida y la muerte, como cuando los niños no te dejaban jugar con ellos en el receso… ¿Cómo te sientes ahora? ¿Te causa risa? ¿Parece tonto? ¿Entonces por qué te preocupas por el hoy? ¿Crees que realmente es menos tonto que cuando estabas preocupado cuando eras niño? Tu trabajo. Una exhalación. Tu departamento. Una exhalación. Tus gastos escolares. Una exhalación. Todo y todas las personas que amas y por lo que te preocupas, todo es una exhalación.
¿Estás preocupado por ser único o importante? En nuestra sociedad adoramos la individualidad, amamos hablar sobre nuestras huellas digitales y los copos de nieve y cómo cada persona es única. ¿Pero realmente has visto un copo de nieve? Quiero decir, son bastante parecidos. Retrocede un poco, tú eres solamente un ser humano, una mota de polvo en el tiempo y en el espacio, no distinguible de otros 7 billones de motas de polvo danzando a tu alrededor. ¿Cuántos de nuestros momentos en el punto azul pálido los pasamos preocupándonos y estresándonos acerca de las exhalaciones? El Kohelet, el Maestro en Eclesiastés, nos muestra que la vanidad del desgaste humano y la preocupación. Otro Maestro vino y nos enseñó de las exhalaciones así: “Vengan a mí todos ustedes cansados y yo les daré descanso. Pues mi yugo es suave y mi carga es ligera.”
¿Entonces qué es lo que te preocupa? ¿Qué te causa estrés? Porque todo se está yendo a la basura como todo y todos. Es una exhalación, niebla, hubo, efímero. No tiene que ser depresivo, de hecho, puede ser liberador. El final, después de todo, es lo que hace que la vida sea dulce. La Navidad puede ser una época maravillosa y mágica en el año solo porque ocurre una vez. Los padres atesoran los momentos con sus hijos pequeños en casa precisamente porque saben que esos momentos no durarán para siempre. Así que… respira. Reconoce tu fragilidad. Reconoce que las cosas que parecen pesar tanto y son fastidiosas en tu mente ahora, no son nada más que una exhalación. Siente tu respiración. Reconoce tus pulmones manteniéndote con vida sin que tú los hagas funcionar o no. Tu corazón está latiendo. Tus células están trabajando juntas para mantenerte vivo.
Y es mágico y misterioso y hermoso. La vida en el planeta Tierra es un regalo y solo lo sabes hasta que lo sabes. Y luego la realidad te vuela la cabeza. Así que pon tu corazón, no en las cosas que hay, no en el vapor, solo déjalo fluir. Abre tu corazón al Regalo y al Dador. Al misterio. A la belleza. En todo lo que vivimos y nos mueve y nos hace ser nosotros, en lo que mueve a las exhalaciones, en lo que vuelve significativo lo insignificante.
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