5.01.2012

Al carajo


Un día me desperté tan feliz, pero tan feliz, que salí de casa y corrí por las calles vistiendo aún mis pijamas de lunares coloridos. No me importó lo que pensaran los demás. Solo fui yo y esa sensación de felicidad, de gritar y brincar, de decirle al mundo: ¡¿Qué diablos?! ¡Soy feliz, váyanse al carajo!

Después me desperté y lloré de frustración, porque no podía gritarle eso al mundo. 

2 comentarios:

  1. Sí que podés : Podés salir al mundo con tus pijamas de lunares coloridos, y gritarle a todos que se vayan al carajo. Después de todo, qué importa? :)

    ResponderEliminar
  2. Eso, lo que dijo la chica de arriba. Que se vayan al carajo.

    ResponderEliminar

Escúpelo, que dentro te hace daño.