Víctimas

Querido Charlie:

Las cosas no han estado bien. La escuela me estresa, la falta de dinero me hace pensar en qué hacer y qué no. Quise comprar un paleta de hielo hace rato y no pude. Después, quise comprar un maldito DVD virgen para guardar un trabajo. Tampoco pude. El único par de tenis que tengo se ha roto y no tengo dinero para comprar otros. Y cuando le digo a mamá que me preste algo de dinero, los demás se meten a la conversación y dicen: agarra dinero de los libros.

No entiendo por qué el afán de hacerme sentir miserable. No entiendo por qué esto me pasa a mí. Sé que hay cosas peores y problemas, verdaderos problemas, que tienen otras personas. Pero no me ayuda a aguantar.

Y odio esto, odio tener que depender de alguien. Odio que, cuando soy la que come la última galleta del paquete, se me reclame por haberlo acabado. Odio que papá me exija que compre otro paquete. Odio que, cuando tomo demasiado refresco, se me diga que yo no he comprado ésa botella en particular. Odio que, cuando intento tomar otro helado del refrigerador, mamá pregunte si he comprado uno para mí y yo, al responder que no, ella me reprenda: “¿¡Y por qué tienes que comerte lo que es mío?!” Odio que ella diga al segundo siguiente, cuando lo he devuelto a su lugar: “Ya cómelo”. Odio que, al comer, le dé un poco de pollo a mi gatito y me reprendan: “El pollo es para ti, no para el gato.” Y al segundo siguiente, interviene mamá: “Como no le gusta el pollo, se lo da al gato.” ¿Qué hay de malo en compartir mi comida? ¿Por qué tienen que recriminarme todo el tiempo que no he comprado las cosas o alimentos de ésta casa? ¿Por qué?

Y tampoco entiendo por qué los demás pueden ser víctimas de mi mal comportamiento y por qué yo no puedo ser la víctima de sus palabras y acciones. Cuando mamá me ha dicho lo del helado, se me han resbalado unas cuantas lágrimas. Y me las he limpiado para que no me vea llorar. ¿Acaso cree ella que soy indiferente a su trato? ¿Acaso creen todos que no tengo sentimientos? Pero sé que no les voy a demostrar cuánto daño me hacen.

Sólo pienso en que en algún momento de mi vida me tengo que largar de éste lugar, pero me da miedo el contemplar la posibilidad de que no lo haré.

Con amor siempre,

 A.