Tras las nubes

A veces, cuando me pierdo en mis recuerdos, puedo verlo. Cloud caminando sobre la nieve, las hojas secas o el camino lleno de piedras, su boca abriéndose para atrapar unos cuantos copos, gotas de lluvia o el rocío casi inexistente de las mañanas. Recuerdo sus ojos, brillantes y curiosos, que observaban su entorno, que se refugiaban en los paisajes, objetos y seres bellos. Recuerdo su sonrisa y su cabello negro. Sus manos enlazadas con las mías, el tiempo que pasamos juntos, el cambio de las estaciones mientras estábamos juntos y el sentimiento cálido de despertar y descansar en sus brazos. Recuerdo las largas caminatas en el bosque y las noches observando el cielo. Su manía de retorcer la lengua sobre sus dientes incisivos cuando estaba nervioso. Su aroma. Y sobretodo, el tono de sus palabras cuando intentaba hacerme sentir mejor.

—El sol, deslumbrante y magnífico, está tras las nubes, así como tu belleza está detrás de tus demonios, miedos y dolores.

Mi respuesta.

—No soy una estrella.

—Eres mejor. Eres mi estrella.